Categoría de huracanes: lo que nos dicen (y lo que no) sobre una tormenta próxima
PrevenciónArtículo20 de octubre de 2024
Es bien sabido que a cada huracán se le asigna una categoría según la velocidad de sus vientos. Sin embargo, esta categorización no toma en cuenta otros elementos destructivos que un huracán puede tener. Por eso, aquí te dejamos algunos peligros adicionales a los que te enfrentas durante un huracán.
Durante la temporada de huracanes, los medios de comunicación suelen centrarse en una sola cosa: la categoría del huracán. La escala de cinco puntos, conocida como la escala Saffir-Simpson, se creó en la década de los 70, y se basa principalmente en la velocidad de los vientos.
No obstante, centrarse únicamente en esta categorización puede ser un error costoso, ya que no considera muchos otros factores que pueden causar daños, como la presión central, que provoca marejadas ciclónicas, el tamaño físico de la tormenta, las lluvias torrenciales y las inundaciones, entre otros.
Un ejemplo de esto se dio durante la temporada de huracanes de 2018. El huracán Michael, categorizado como categoría 5, arrasó partes de la costa de Florida con sus fuertes vientos y marejadas ciclónicas. Sin embargo, un mes antes, el huracán Florence, aunque fue solo de categoría 1 cuando tocó tierra en las Carolinas del Norte y del Sur, causó daños igualmente devastadores debido a las inundaciones prolongadas.
El problema radica en que la escala Saffir-Simpson no captura la complejidad de un huracán ni los demás fenómenos meteorológicos que puede generar.
Aunque escuchar que se acerca un huracán de categoría 4 o 5 puede alarmarnos y hacernos prepararnos mejor, las tormentas tropicales largas, lentas y con mucha lluvia, o incluso los huracanes de categoría 1, pueden ser igualmente destructivos.
Entonces, ¿cómo podemos saber qué tan destructivo puede ser un huracán? Aquí hay algunos factores importantes a considerar:
4 factores importantes
- Tamaño: El tamaño de un huracán es un buen indicador de la destrucción que puede causar, ya que puede afectar una gran extensión de tierra, impactando a más personas y propiedades.
- Marejadas ciclónicas: Una tormenta de gran tamaño puede generar marejadas ciclónicas que provocan inundaciones costeras, las cuales pueden ser incluso más destructivas que los propios vientos.
- Velocidad de desplazamiento: Un huracán que se mueve lentamente permanecerá más tiempo en tierra, lo que aumenta la cantidad de lluvia y el riesgo de inundaciones.
- Duración: Cuanto más tiempo dure el huracán sobre tierra firme, mayor será el daño, ya que los vientos prolongados debilitan las estructuras e incluso pueden derribarlas.
Por supuesto, otros factores como la presión atmosférica, la marea alta y hasta la fase de la luna también pueden influir en el impacto destructivo de un huracán.
En Zurich, trabajamos para comprender todos los factores que influyen en un huracán, de manera que podamos proporcionar a nuestros clientes la mejor información y protección posible. Utilizamos información de al menos siete fuentes diferentes y complementamos con nuestro propio modelo de catástrofes.
¿Cómo responder?
Ahora que entendemos las diferentes formas en que un huracán puede causar grandes daños, es importante saber cómo responder ante estos fenómenos meteorológicos.
Construir una estructura resistente a las tormentas te ahorrará tiempo y dinero a largo plazo. Para las empresas, siempre es recomendable realizar un análisis estructural de tus activos físicos y, a través de un plan de continuidad de negocio, identificar las áreas más expuestas a los vientos huracanados, las inundaciones y las marejadas ciclónicas.
Equipar a tu empresa con este conocimiento te permitirá tomar decisiones informadas y actuar de manera correcta. Aquí tienes cuatro factores clave que las empresas deben tener en cuenta:
- Recursos y preparación: Reúne los recursos necesarios y toma todas las precauciones para proteger tus propiedades. Ten listo un plan de respuesta para después de que pase la tormenta.
- Inundaciones costeras: Verifica si tus propiedades están en áreas susceptibles a marejadas ciclónicas. Si es el caso, refuerza las fachadas exteriores para minimizar los daños internos y mueve cualquier equipo o maquinaria esencial para evitar que se dañe.
- Sistemas de drenaje: Revisa los sistemas de drenaje y repara cualquier fuga en los techos. Mantén los desagües limpios y libres de obstáculos que puedan bloquear el flujo de agua.
- Estructura de las propiedades: Inspecciona las estructuras en busca de debilidades. Asegura las ventanas y los cristales para evitar que se rompan.
Tener un plan de respuesta ante emergencias bien detallado y ejecutado puede marcar la diferencia en los daños a tus propiedades y en la continuidad de tu negocio. Al crear un plan de respuesta ante tormentas, nuestros clientes se preparan mejor para afrontar y recuperarse de situaciones de riesgo. Es importante mantener el plan actualizado, realizar análisis periódicos y estar siempre preparados.